DIARIOS DE MOCHILA (encontrando el rumbo)
The essence of adventure on the air: every smelt, every sight, every step...
jueves, 1 de septiembre de 2011
¡Cuidense!
martes, 30 de agosto de 2011
Diarios de fragopatera
viernes, 19 de agosto de 2011
Living el SUD
martes, 16 de agosto de 2011
El Tunco: we all having fun!
Hay lugares en el mundo, no importa el país en el que te encuentres, donde extrañamente consigues desconectar del universo, relajarte, respirar y divertirte. Últimamente caemos sin querer en este tipo de lugares.
Si Utila era el lugar en Honduras, El Tunco es el lugar en el Salvador. Y todos los backpackers y surfers del mundo son plenamente conscientes de esto. Una ruta establecida que ha llevado a parte de Alton’s team a visitarnos este fin de semana.
Viernes por la noche y llegar al hostal La Sombra en el Tunco. Otro hostal de la colección dormir por 7$, que empiezan a tener cierto protagonismo en estas últimas semanas. Botella de Flor de Caña esperándonos. Andrew, Steph, Cyntia, Jesse y Clayton para recordarnos lo que dejamos en Utila. Tazas de desayuno para el copeo. Un bar antes de llegar a D’rocas. Una tormenta tropical. Una pantalla de la cámara rota. Más botellas de Flor de Caña. Un intento de cruzar la puerta de madera de D’rocas. Quedarnos atrapados en el barucho. The watermelon thing. Una gran noche llena de risas.
Y sábado a las 7 de la mañana de nuevo caminando por el Tunco en busca de un café o un gatorade. Bañarse en el pacífico con olas que ponían a prueba el equilibrio, la destreza, la apnea y en algún caso que otro la posibilidad de perder el bikini después de veinte vueltas dentro de una ola como si de un centrifugado se tratara.
Una segunda despedida de los chicos de Alton’s. Unos vuelta a San Salvador, otros a Nicaragua, el resto a Utila. Es bueno saber que somewhere/somehow nos volveremos a encontrar.
Hay lugares en el mundo donde ser uno mismo siempre es más sencillo. Donde las preocupaciones parece que no existan. Donde lo más sencillo es sonreír. Parece que hemos descubierto otro de esos lugares en el mundo.
Un abrazo a todos desde Papiol remoto!
lunes, 15 de agosto de 2011
El Salvador ft. Guatemala
jueves, 11 de agosto de 2011
Paradising Utila: Alton’s family
Utila: el paraíso backpacker del submarinismo y la fiesta. Alton’s Dive Center: la familia en la quieres que te acojan. Nuestros cuatro días en Utila: ni en un sueño hubieran sido más perfectos.
Se echa de menos Papiol ilocalizable...
miércoles, 10 de agosto de 2011
Del ryanair al jet privado de los autobuses
Pero ya tendréis tiempo de leer nuestras historias en Honduras y Guatemala. En esta entrada del blog queremos explicaros nuestra experiencia ante la aventura de utilizar el transporte en Centroamérica. Y es que un total de 47 horas entre autocares, furgonetas y barquitos no tiene desperdicio. Hemos sufrido desde el ryanair de los autobuses hasta el jet privado de los autocares.
Nadie, y cuando digo nadie es nadie de verdad, nadie puede explicar lo que es realizar el trayecto de la ruta 302 del Salvador y transmitir al 100% la experiencia vivida. Un autobús de high school americano jubilado. Pintado de todos los colores posibles, santuario sobre ruedas dedicados al Barça y a Dios. Excediendo por supuesto cualquier ley que regule el número de personas en un automóvil y dejando un rastro de humo negro por todo el camino. Subirse y bajarse en cualquier punto de la carretera con la ayuda del revisor, ya que apenas se para ante cualquier persona que realiza la señal establecida por la carretera. Una vez acomodado en el interior el espectáculo empieza. Si alguna vez nos hemos agobiado cuando en Ryanair parece que quieran vendernos la luna, es que no habéis subido al autobús de la 302: definitivamente pretenden venderte el universo entero. En dos viajes de hora y media hemos visto pasar ante nosotras vendedores de quesadillas, helados, caramelos, zumos, refrescos, pepinos,… a dólar o a cora. Aunque los mejores han sido los grandes vendedores poniendo en práctica el SPIN aprendido en Marketing Channels: el planteo ante la posibilidad de no poder leer los carteles de lejos o de acabar el día cansado que se derivaba en la catastrófica posibilidad de quedarse ciego o de tener un derrame cerebral. Siempre nos venden la gran solución por el módico precio de un dólar (en promoción especial, por supuesto): colirio de zanahoria o comprimidos de vitaminas. Lectura de la prensa para que compremos el periódico. Discurso conmovedor para comprar regaliz. Un bombardeo de información que casi provoca que Marta quisiera comprar un librito de introducción a la informática (imágenes del Windows 95) o de leyendas del Salvador a 50 céntimos de dólar… ¡Un chollo!
Un autocar lleno de salvadoreños camino a la Ceiba. Doce horas intentando dormir por una carretera hondureña que creo que no podía tener más curvas. Sentadas al lado del baño y un shift de Airwik que ambientaba el aire cada 15 minutos.
El ferry a Utila, otra historia. Hora y media encerradas en una cabina condenadas a sufrir los mismos vaivenes que el barco pirata de Port Aventura ponían a prueba el estómago de cualquiera. Suerte que el paseo por el Atitlán fue de lo más placentero bajo el sol guatemalteco.
Última gran experiencia: los shuttles. Furgonetas con todo nuestro equipaje atado en el techo bajo amenaza de lluvia y de que el zurcido de la mochila de Moti no aguantara la presión.
Hemos sufrido en cada trayecto por si algo no salía según lo esperado. Pechos capitalizados, pasaportes escondidos, una cartera falsa preparada por si nos atracaban. Pero todo ha salido según lo planeado. Todo. Hemos disfrutado de las comodidades del jet privado de los autocares y nos hemos reído con las situaciones irreales del ryanair de los autobuses.
Definitivamente, los 4 nuevos sellos en nuestro pasaporte son la garantía de todos los kilómetros recorridos por Papiol.
viernes, 29 de julio de 2011
¿Pero no es Claudia?
miércoles, 27 de julio de 2011
Somos 'lempitas'
lunes, 25 de julio de 2011
Mil millones de estrellas

sábado, 23 de julio de 2011
Muchos volcanes y pocas flores
jueves, 21 de julio de 2011
Desayunando con Yoyo
Nunca me han gustado las tormentas, lo admito. Me muero de miedo cada vez que el cielo se ilumina con un relámpago. Me estremezco con cada trueno. Pero las tormentas tropicales del Bajo Lempa se están llevando la palma. Cada atardecer, después de un día soleado y con un calor insoportable, se nubla el cielo. Cuando oscurece, el perfil de los árboles en el horizonte se perfila cada pocos minutos. El cielo se ilumina como si de una sesión de fotos se tratara. Es precioso, pero acojona. Un rayo a pocos kilómetros y el estruendo más fuerte escuchado en años. Ayer sonó un trueno tan fuerte que cuando Carlos y Ceci aparecieron en la puerta preocupados por mi unos segundos después, yo estaba totalmente paralizada. Moti tampoco se salvó de un buen susto. Después de luchar mentalmente contra una cucaracha en el baño y ser rescatada por Abigail, mientras se duchaba tuvo que sobreponerse al miedo a morir electrocutada. Y es que el estruendo del trueno fue tal que Marta sufrió por si se electrocutaba entre cazo y cazo de agua fría. Suerte que llevaba sus zapatillas de goma con la flor azul. Creo que me estoy acostumbrando a las tormentas. O más me vale, pues aún me queda mes y medio de sesiones de hardcore nocturnas.
Los problemas de vestuario están empezando a salir a la luz. Nuestra colección de harapos está empezando a pasar a formar parte de la ropa sucia, y empiezan a quedar solo los conjuntos monos, que obviamente con botas de montaña o deportivas quedan un tanto peculiares. Creo que será necesaria una visita a Wall-Mart en breves.
Pero el momento del día ha sido nuestro desayuno con Don Yoyo. Yoyo es el lorito verde al que Claudia está enseñando a hablar. Pero es que ya le ha enseñado a comer en la mesa. Hoy durante el desayuno Yoyo nos ha deleitado con sus gráciles movimientos por la mesa, mientras ayudaba a Claudia a acabarse su bol de choco-crispies. Un auténtico espectáculo de pájaro.
Finalmente una excursión a la gasolinera en busca de nuestra dosis vital de Twix. Una pickup de la policía que pasa a nuestro lado y nos dice “¿Pero ya las robarán?”, una respuesta entre risas “No hombre, no”. “Igual las vigilamos”. Cincuenta metros más adelante, supongo que cansados de conducir a nuestro ritmo se han ofrecido a acompañarnos en coche los 200 metros de camino que quedaban. Ya sabemos que pase lo que nos pase, en San Vicente siempre tendremos a la policía de nuestro lado.
Mañana ya volvemos a la civilización. Este fin de semana toca montaña. Misión: aprendernos de memoria los 14 volcanes del Salvador. Por ahora con Chaparrastique ya tenemos suficiente
Un abrazo desde Papiol muy remoto.
miércoles, 20 de julio de 2011
The show must go on!
Nos contaron una vez que cuando la temperatura ambiental es igual o superior a la corporal, los ventiladores dejan de tener efecto. Llevamos dos días en los que o se cumple aquello que nos dijeron o nos hemos vuelto insensibles a los ventiladores. Marta directamente ya ni conecta el suyo. Al menos hace un solazo que nos está dejando un bonito bronceado con solo sentarnos diez minutos en la puerta del comedor cada día, antes de comer.
Entre nuestra dieta y este calor, volveremos a España que ni Heidi Klum. Y es que una dieta basada en pollo a la plancha, ensalada, fruta y arroz, en cantidades dudosamente proporcionales a nuestro consumo habitual es probable que nos permita lucir cuerpazo dentro de dos semanas en Honduras. Suerte que tenemos una buena reserva de Skittles para asegurar nuestro culo salvadoreño.
Y recordar que siempre nos quedará una ducha a cazos de agua al llegar a casa. Pues el agua corriente en la Sabana puede utilizarse de 6 de la mañana a 6 de la tarde. Al menos, de este modo, ahora apreciaremos más el agua caliente que sale de nuestras duchas al llegar a Barcelona, como dice mi madre.
Pero eso sí, nunca nos perderemos en el camino desde nuestra habitación hasta el baño. Pues de noche las luciérnagas del jardín marcan la zona, como si de la pista principal del Prat se tratara. Y el loro al que Claudia (la pequeña de la casa) está enseñando a hablar, en cualquier momento soltará: “a medio metro, gire a la derecha”, como si fuese el GPS del coche.
Marta se ha apoderado de un Flit y ha fumigado toda la habitación. Esta mañana hemos pasado de estar en el Natural History Museum al Natural History Cemetery, pues la colección de bichos muertos en el suelo era considerable. Además, Moti ha desarrollado una gran capacidad de detección y aniquilación de mosquitos, lo que me preocupa teniendo en cuenta que ha dormido toda la noche a 10 centímetros de una araña (separada por la mosquitera, si no se muere, está claro). Creo que durante el transcurso de la noche puede haberla picado y de aquí sus nuevas habilidades Spider(wo)man.
Aunque con el afán en este país de atropellar animales, me preocupa la integridad de nuestra nueva chica arañita. Pues Carlos, por muy buen hombre que sea, nos ha confesado ser otro de los denominados “asesinos en serie” de animales. Incluso nos confesó haber pasado por encima de un perro con nosotras dentro del coche (pasando a ser plenamente cómplices de asesinato). Espero no tener que acabar defendiendo nuestra inocencia ante la WWF.
Se os echa de menos desde Papiol muy remoto.
martes, 19 de julio de 2011
ZOO en la Sábana
Después de un día en el Playón, donde Jose nos desveló uno de los grandes enigmas que nos rodeaba: la cabra/chivo es cabra cabra, fuimos a nuestra nueva casa. Pero detengámonos un momento en Lola. Y es que ayer, creo que en parte a causa de ser solo dos en el Playón al abandonar a Clara y Adriana en Tecoluca, nos dedicamos a bautizar a algunos de los residentes de la cooperativa: Ariadna (segun Moti, nombre de modelo) es la perrita esquelética que nos persigue por toda la cooperativa ya que Marta se dedica a darle los huesos del pollo cada vez que acabamos de comer. Y Lola: la cabra, que creo que nos odia un poco... porque nos mirar raro cuando vamos a verla, estoy convencida que se pondrá a bailar un zapateado al más puro estilo flamenco en cualquier momento.
lunes, 18 de julio de 2011
Banda sonora: Taboo
domingo, 17 de julio de 2011
Mauricio, el asesino en serie

Pero el camino desde el Playón, pasando por Tecoluca donde Clara y Adriana se quedarán a partir de la semana que viene, fue de los momentos más divertidos del día. Creo que llevábamos días sin reír tanto.
Nuestro protagonista del día: Mauricio. Mauricio Orellana es nuestro jefe en Cordes y nuestro conductor personal en la ruta San Salvador – el Playón. Hasta el momento nos parecía un tipo peculiar. Siempre está de acuerdo con nosotras y parece no enterarse demasiado de lo que pasa a su alrededor. Pero la conversación de dos horas encima de la pick-up hasta San Salvador fue muy graciosa.
Una confesión por parte de Mauricio al explicarle que habíamos chafado un sapo de camino a casa: “Soy un asesino en serie” desencadenó una conversación de lo más surrealista. Después de decirnos haber matado un caballo, dos vacas y siete u ocho perros acabó confesando el crimen de dos búhos y un cerdo, también. Detalles de algunos de sus crímenes incluidos. Cuando mató al caballo, se le rompió el cristal, y el caballo se quedó encima del capó, medio dentro del coche. En el caso de las vacas, la pick-up se había quedado encima de las vacas. Marcha atrás y darse a la fuga para que el propietario no se enterase. La mejor historia, el cerdo. Volviendo de una reunión en otro pueblo, con un compañero de Cordes, mataron un cerdo. Lo pusieron en la parte trasera de la pick-up, y al llegar al playón se lo comieron. Surrealista, todo ello repitiendo constantemente: “Tengo un récord de matar animales. Soy un asesino en serie de animales”.
Además, de camino a San Salvador, por la carretera, te encuentras varios carteles con anuncios de Dios. Al preguntarle quien pagaba por esos carteles su respuesta nos dejó estupefactas: “Pues imagino que será Dios, ¿no?”. La gran historia del restaurante de su amigo, cuya especialidad son los perros y la gran respuesta a la frase “pues sino coges el bus” (coger en estas tierras tiene connotación sexual), que fue “si hayas por donde, ándale”.
Quedan muchos viajes al Bajo Lempa y Mauricio para rato, así que no os defraudaremos con sus historias.
Un beso desde Papiol civilizado.
viernes, 15 de julio de 2011
Octavio "Octavancio" y otros personajes
Nuestros estudios sobre cabras/chivos se han visto ampliados a la discusión de sapo/rana y al sonido de copulación de la iguana. Os mantendremos informados de nuestros descubrimientos propios de estudiantes de ambientales.
Carlos, el gerente del Roble, y a partir de la semana que viene nuestro casero (o eso creo). Es la persona más trabajadora del Salvador entero. Llega a la oficina a las 7h30 y hasta las 18h no sale. Puntual como pocos, se caracteriza por su humor particular. Y es que ya nos ha dejado algunas perlas, que nos tomamos a broma, hasta que serias le preguntamos “¿Pero de verdad?” y recibimos su respuesta “Sí, sí, de verdad”. Encontrar cocodrilos y mapaches en nuestras cabañas o empujar el autobús si se queda atascado en el barro. Pero los dos momentos estrella han tenido a Moti y a los perros como protagonistas. “Me he dado cuenta que no hay perros flacos, aquí”, respuesta de Carlos: “Claro, porque si no se los comen”. “Mi perro es el típico que se queda parado en medio de la carretera”, respuesta de Carlos: “Pues yo lo sacaba de en medio (atropellado)”. Siempre entre risas, ¡pero nuestra cara de “what?” es épica!
Por otro lado tenemos a José, apodado cariñosamente por nosotras como “Pepito Grillo”. Cuando Adriana le preguntó cúal era exactamente su trabajo él muy serio nos contestó: “Abrir y cerrar la puerta de El Roble”. Este hombrecito de 32 años, que admite aparentar 15, es el que supuestamente garantiza la seguridad de la microfinanciera. Cumplidor meticulosos de su trabajo, abre la puerta y saluda a cada individuo que decide cruzar la puerta con una gran sonrisa en la cara. Dos grandes momentos hemos vivido junto a él. Después de comentarnos que se iba a casa con su familia, Clara y Adriana le preguntaron si su familia significaba padres o hijos. Nunca hemos visto a un hombre más orgulloso al contestar: “Con mi mujer y mis hijos, que yo ya tengo familia” (acompañado del signo de victoria en su mano derecha). Pero la cara de susto que le dejamos cuando decidimos ir a la gasolinera a 300 metros de la cooperativa y al decirnos que no podía venir con nosotras porque tenía que quedarse vigilando la puerta nuestra respuesta fue “pues si no volvemos en 3 horas, le dices a Carlos que nos busque un poquito, por si nos han secuestrado” fue digna del APM?
Finalmente nuestra estrella de esta semana: Octavio “Octavancio” conocido en el mundo entero por su teoría de la capitalización. Octavio, el Nuñez del Salvador, complementado con mujer y dos hijos, es el dueño, gerente y chef del Hostal Bajo Lempa. Aunque sea nicaragüense, esto no lo exime de su locura. Conocido por la comunidad por su mala leche, dice ser querido por todos, y es que en el fondo creo que hasta nosotras le hemos cogido cariño.
Empecemos por la denominada “Teoría de la Capitalización”. Dicha teoría sostiene que para garantizar el buen servicio a sus clientes debe cobrar por adelantado dos meses de estancia a precio de oro. Pretendiendo cobrarnos 300$ al mes a cada una, cuando el precio a los cooperantes de Madrid con el mismo régimen era la mitad, Octavio pretendía convencernos de que nuestros platos (idénticos a los demás) costaban el doble. Podemos tener cara de ingenuas, pero tontas aún no somos. Y teniendo en cuenta que una cabaña al otro lado del río costaba 1 dólar al día y que comer en el Playón nos costaba 2$ por persona, con dos meses de estar en el Hostal Lempa Mar (recordemos: cabaña con mosquitera rota, que se moja si llueve, ducha de agua fría y sin cobertura con ninguna compañía), el año que viene Octavio hacía una remodelación que dejaba el hostal como un resort cinco estrellas.
Pero, ¿qué podemos esperar de un hombre que le habla de usted a su perro pero no cura al perro del vecino, o que hace la misma cara de Nuñez del Crakovia cuando le pedimos postres al acabar de cenar?
Peculiaridades de un país que nos sorprende cada día. De una zona a la cual nos vamos adaptando, y que cada día cogemos más cariño. Y es que todas ya hemos cambiado en el Facebook nuestra “current city” como el Playón/Tecoluca, El Salvador.
Ahora vamos hacia San Salvador a pasar el fin de semana. Ondina nos espera para que le contemos todo lo vivido y mimarnos como necesitamos. Nosotras esperamos un fin de semana con Harry Potter, fiesta y playa, ya que si sigue haciendo este buen tiempo será seguro un gran fin de semana.
Un beso desde Papiol remoto, pero hoy soleado!
jueves, 14 de julio de 2011
Por chafar un sapo, me llamaron matasapos.
Las últimas 24 horas han sido peculiarmente surrealistas. Después de comer una tormenta tropical cayó encima de nosotras. Si alguna vez Asterix y Obelix llegaron a tener miedo de que el cielo les cayera encima, es que no habían estado aquí. ¡Porque literalmente se nos cayó el cielo encima! Una de las paredes de la sala en la que estamos las cuatro trabajando se transformó miraculosamente en una cascada interior que encharcó toda la sala. Y con dos horas por delante de trabajo, y el cielo desplomándose encima del Bajo Lempa, nosotras solo podíamos pensar en nuestras maletas y sacos abandonados en las cabañas de mentira en las que vivimos. Visualizando el metro y medio de mosquitera (rota) que separa la pared del techo de nuestro cubículo 3x3, a través de la cual el viento debía estar arrastrando el temporal que estaba cayendo, llegamos a ver nuestras maletas colgadas con cangrejos azules de la litera. La realidad que nos encontramos no era tan distinta: las camas mojadas por la lluvia, pero sin cangrejos que hubiesen rescatado nuestras maletas.
La media hora más extraña de mi vida. Indescriptible. En cualquier momento ese coche se iba a caer a trozos. Moti de copi, “derecha rrras”, limpiando con un trapo el cristal que se empañaba constantemente. Clara y Adriana detrás con una risa más nerviosa que de diversión, sufriendo por su integridad física. Siempre marcando 0km/h por mucho que pareciese que estábamos en un rally. Mario Bros lo tiene mil veces más fácil que nosotras en ese momento: ¡no paraba de encontrar obstáculos! Y cada vez era más oscuro. Una vez oscureció, las vacas se apoderaron del camino, y es que en esta zona, como los campos se inundan, los campesinos dejan sus vacas en medio del camino. No he tocado tanto el claxon ni cuando el Barça gana la Champions… ¡y es que las vacas del Bajo Lempa no se mueven ni así! Pedir perdón a una vaca (es que me miró realmente mal después de llamarla capulla!) o estar a punto de quedarnos atascadas en un arcén para poder pasar fueron la culminación de una gran tarde. Eso sí, los sapos no se salvaron de ser atropellados en masa... sin querer, en serio!
Después, una ducha en agua fría realmente necesaria, cena en el porche Port Aventura y a dormir en nuestra estimada mosquitera (supongo que con el roce, le acabaremos cogiendo el cariño).
Hoy nos hemos levantado con un día despejado. Aunque no sé lo que nos espera, ya que cada día supera al anterior, y a este paso el blog se quedará corto y procederemos a escribir una novela entera.
Solo mencionar que hoy es el aniversario de nuestro “queridísimo” amo de llaves: Octavio “Octavancio” el de la teoría de la capitalización, al cual le dedicaremos una entrada entera una vez nos deje de sorprender, ya que realmente se la merece.
Un beso desde Papiol cada día más remoto.
miércoles, 13 de julio de 2011
Callejeros Viajeros en el Bajo Lempa
Ayer por la mañana llegamos al Playón, después de 1h de viaje en pick-up desde San Salvador, zona de Cordes donde se encuentran varias cooperativas, entre las que hay El Roble: microfinanciera donde se basará nuestro proyecto. Después de conocer todas las cooperativas del Playón guiadas por Carlos, gerente del Roble, y de una reunión con el comité de educación nos fuimos hacia “casa”. Aquí es donde empieza nuestro episodio de Callejeros Viajeros.
Cuarenta minutos en 4x4 por un camino de tierra escenario del contraste de belleza y pobreza visto en mucho tiempo. Cada minuto era una sorpresa. Esquivar vacas paradas en medio del camino, niños en uniforme volviendo de la escuela, chavolas de chapa, niños a lomo de caballos sin ensillar, bicicletas de chatarra, cerdos en medio de la carretera,… Parece que a nadie le preocupa demasiado que empiece a llover y se llene de barro todo. Y es que si en Barcelona empieza a llover todos empezamos a correr para resguardarnos. Aquí todo sigue su transcurso… y no es precisamente llovizna lo que cae! Era como ser espectadoras de un documental de la 2 un sábado por la tarde a través de la ventana del coche.
Pero nuestra cara al llegar al Hostal Lempa Mar debió ser digna de enmarcar. Un porche de paja como los de Indonesia en Port Aventura es el comedor-sala central del Hostal. Cinco cabañas esparcidas por un campo plagado de sapos, ranas, iguanas y BNI (bichos no identificados). El rio Lempa a 5 metros y la ducha de agua fría a 7 sapos de nuestra cabaña (es el mínimo de sapos a pisar para llegar).
En realidad tiene su encanto, no lo negaremos. Es un sitio gracioso si estás de viaje y quieres pasar tres días remotos en el Bajo Lempa (o si has cometido cualquier fraude y quieres esconderte por vida). Pero no tener cobertura de móvil, despertarte con la orquestra sinfónica de pájaros a las 5h30, luchas feroces contra los mosquitos y zancudos, y tener que desenredarte de la mosquitera como si de una telaraña se tratara para salir de la cama… Y todo esto a 1h30 de viaje en bus que amenaza pararse en medio del camino embarrado y tener que bajar a empujar… al menos en Pequín Express salen en la tele! Suerte que estamos las cuatro para reírnos juntas de la situación.
Además parece que al final de esta semana podremos solucionar el tema de alojamiento y evitar volver a Barcelona con un cocodrilo del Lempa bajo el brazo.
Seguiremos explicando nuestras hazañas de Callejeros Viajeros desde Papiol remoto.
Un abrazo!