miércoles, 27 de julio de 2011

Somos 'lempitas'

Hace tres semanas ninguno de vosotros se creía que Marta y yo fuéramos a ser capaces de sobrevivir en estas condiciones. Si en 'betfair' hubiesen publicado una apuesta sobre nuestra supervivencia en el Bajo Lempa, todos hubieseis apostado por nuestra rendición. ¡Pero lo hemos logrado! Dos semanas y media después podemos decirlo: somos lempitas. Después de esto, participar en Supervivientes sería como jugar al parchís para nosotras.

¿Cómo hemos determinado nuestra condición de 'lempitas'? Sencillo. Cuando hemos aprendido a ducharnos con cazos de agua de la lluvia cada noche, rodeadas por cucarachas. Porque el secreto está en cerrar los ojos y no ver que están allí (Moti no acaba de ver claro el truco). Cuando hemos aprendido a levantarnos a las 6h30 cada mañana sin rechistar pese a ser de tardes y estar acostumbradas a que nuestro despertador suene a partir de las 10am. Cuando hemos aprendido a cenar bebiendo jugo o limonada, pese a los dos kilos de azúcar moreno que le da un tono sospechosamente marrón. Cuando hemos aprendido a dormir con mosquitera sin levantarnos por la mañana enredadas como si de una telaraña se tratara (estoy acabando de dominar la técnica, un par de noches más y problema solucionado). Cuando hemos aprendido que atropellar perros por la carretera es un hobby nacional (pero es que estos perros están atontados y no se apartan). Cuando hemos decidido que no nos iremos de aquí sin probar la sopa de garrobo. Y sobretodo, cuando hemos comprendido que te puedes levantar con un día soleado, que por la tarde se te caiga el cielo encima en un concurso de truenos gentileza de la tormenta tropical y que esa misma noche buscar las siete obejitas entre las estrellas del cielo.

Nuestra condición de lempitas es definitiva. A nuestro alrededor no paran de suceder cosas que hace dos semanas os explicábamos medio aterrorizadas medio sorprendidas. Ahora se han convertido en nuestro día a día.

Aunque nuestro día a día sigue dejándonos perlitas que nos hacen reír a carcajadas al recordarlas. Sin ir más lejos, ayer por la noche realizamos nuestra primera compra que bautizaremos como 'mercado-auto'. Desde el coche, Carlos compró un saco de alimento de vaca en el supermercado de la carretera. En el momento de dejarlo en la parte trasera del coche, Moti estuvo a punto de protagonizar 'el momento en que una niña fue aplastada por un saco', pero un grito de último momento avisando de su presencia la salvó de acabar cubierta de comida para vaca lechera. Hubiese sido un momentazo, pero para eso existe la imaginación.

Somos lempitas. Y estamos orgullosas de ello. Quizás no acabemos adoptando un sapo, pero está claro que nuestro proceso de adaptación se ha completado satisfactoriamente.

Un besazo enorme desde Papiol muy muy remoto.

1 comentario:

  1. Me alegro por vosotras, y espero que os den un diploma o un pasaporte local o algo cuando se acabe la estancia. (si no haber ido a supervivientes que ahi el ganador se lleva algo a casa) hahaha

    ResponderEliminar