jueves, 11 de agosto de 2011

Paradising Utila: Alton’s family

Te pueden contar maravillas de las “Bay Islands”. Créetelas. Solo que el resto de islas sean la mitad de especiales que Utila, definitivamente las “Bay Islands” son el sitio donde quieres estar si nunca debes desaparecer del mundo.

Utila: el paraíso backpacker del submarinismo y la fiesta. Alton’s Dive Center: la familia en la quieres que te acojan. Nuestros cuatro días en Utila: ni en un sueño hubieran sido más perfectos.

Habitación de cinco en la White House. Hasta que la segunda noche no nos dimos cuenta que la quinta chica con la que compartíamos cuarto era Andrew, el australiano que obligó a Moti a salir de fiesta pese a estar durmiendo desde las ocho, pensábamos que hasta podía ser normal dormir en esa casa con agujeros en el suelo de la primera planta que te dejaban ver la tierra de debajo de la casa. Pero Alton’s es esa gran familia que en menos de 12 horas te consigue robar el corazón y que en menos de tres días te hace querer quedarte para siempre en Utila.

Cada persona que se sienta a tu lado tomando una cerveza en el dock al atardecer te cuenta una historia. Años viajando alrededor del mundo bajo la excusa del submarinismo. Viajes de fin de carrera que duran tres meses o rutas para ordenar una vida. Todos tienen una buena excusa para desconectar del mundo en un sitio llamado Utila. Alguna vez a lo largo de nuestra vida todos tenemos que encontrar nuestro Utila en algún lugar del mundo.
Encontrar la tranquilidad entre paredes de coral en el segundo arrecife más grande del mundo bajo la excusa del PADI Open Water. Estar a 18 metros bajo el océano, en el borde del arrecife. Mirar hacia el horizonte y ver la inmensidad azul. Mirar hacia arriba y no distinguir la superficie. Relajarse y disfrutar de todo aquello que el mar nos guarda. Es una sensación que relaja tanto. Y es que 6 billones de personas viven en el 30% del planeta, el resto es para nosotros.

Pero mejor aún que cualquier inmersión fue el atardecer en el que un grupo de delfines entró en la bahía. Todos al barco con gafas de snorkel y saltar en medio de la bahía. Los delfines jugando a apenas dos metros de tu mano. Verlos pasar por debajo y dar vueltas a tu alrededor, y no porque estén domesticados, sino porque realmente les apetece jugar contigo. Te transmite una sensación de felicidad que cuesta de explicar.
Otra historia distinta es la noche en Utila. Es otro espíritu. Tumbarse en las hamacas del dock mientras Julian canta “Save tonight” de Eagle Eye Cherry esperando para salir, con la cerveza en la mano y un millón de estrellas sobre la cabeza es el aperitivo para garantizar una gran noche en la isla. Para cada noche existe el ambiente idóneo para disfrutar la fiesta. Lady’s Night en una azotea con los temazos del momento. El dock de Tranquila Bar con reggaetón desde el que los afectados por tequila's night se tiran al mar, mientras te ríes entre birras con los amigos. Y el Treetanic, la discoteca sobre el árbol que parece una mezcla del Parc Güell y Alicia en el País de las Maravillas. Nuestro descubrimiento de la última noche y la curiosidad por comprobar en un futuro como saldríamos de ese laberinto en caso de pasarnos con el número de copas.

Utila es un lugar en el que hay hombres con loros en el hombro que van en bicicleta. Es una isla donde ni los hondureños hablan español. Utila es dónde existen cuatro grandes mentiras: "I'm not going out tonight", "Just one drink", "I'm taking the 6am ferry" y "I love you". Es el sitio donde el tiempo se detiene, y a la vez vuela. Utila es mucho Utila. Pero sin Alton’s Dive Center y su gente es imposible ser capaz de captar la esencia de Utila. Pues para convertir Utila en el paraíso es imprescindible formar parte de esa gran familia que es Alton’s.

Se echa de menos Papiol ilocalizable...

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