miércoles, 13 de julio de 2011

Callejeros Viajeros en el Bajo Lempa

Ahora sí que soy del todo conscientes que estamos aquí. Hemos caído de golpe en el capítulo estrella de Callejeros Viajeros en el Bajo Lempa.

Ayer por la mañana llegamos al Playón, después de 1h de viaje en pick-up desde San Salvador, zona de Cordes donde se encuentran varias cooperativas, entre las que hay El Roble: microfinanciera donde se basará nuestro proyecto. Después de conocer todas las cooperativas del Playón guiadas por Carlos, gerente del Roble, y de una reunión con el comité de educación nos fuimos hacia “casa”. Aquí es donde empieza nuestro episodio de Callejeros Viajeros.

Cuarenta minutos en 4x4 por un camino de tierra escenario del contraste de belleza y pobreza visto en mucho tiempo. Cada minuto era una sorpresa. Esquivar vacas paradas en medio del camino, niños en uniforme volviendo de la escuela, chavolas de chapa, niños a lomo de caballos sin ensillar, bicicletas de chatarra, cerdos en medio de la carretera,… Parece que a nadie le preocupa demasiado que empiece a llover y se llene de barro todo. Y es que si en Barcelona empieza a llover todos empezamos a correr para resguardarnos. Aquí todo sigue su transcurso… y no es precisamente llovizna lo que cae! Era como ser espectadoras de un documental de la 2 un sábado por la tarde a través de la ventana del coche.

Pero nuestra cara al llegar al Hostal Lempa Mar debió ser digna de enmarcar. Un porche de paja como los de Indonesia en Port Aventura es el comedor-sala central del Hostal. Cinco cabañas esparcidas por un campo plagado de sapos, ranas, iguanas y BNI (bichos no identificados). El rio Lempa a 5 metros y la ducha de agua fría a 7 sapos de nuestra cabaña (es el mínimo de sapos a pisar para llegar).


En realidad tiene su encanto, no lo negaremos. Es un sitio gracioso si estás de viaje y quieres pasar tres días remotos en el Bajo Lempa (o si has cometido cualquier fraude y quieres esconderte por vida). Pero no tener cobertura de móvil, despertarte con la orquestra sinfónica de pájaros a las 5h30, luchas feroces contra los mosquitos y zancudos, y tener que desenredarte de la mosquitera como si de una telaraña se tratara para salir de la cama… Y todo esto a 1h30 de viaje en bus que amenaza pararse en medio del camino embarrado y tener que bajar a empujar… al menos en Pequín Express salen en la tele! Suerte que estamos las cuatro para reírnos juntas de la situación.

Pero lo que de verdad nos hace tirar hacia delante es el proyecto. Realizar un estudio de mercado para reducir la morosidad y potenciar el ahorro en la zona. Queda mucho trabajo, pero todo el mundo está muy dispuesto a ayudarnos y son realmente muy amables. En cuanto a Clara y Adri, les han canviado su proyecto y ahora parece que están más motivadas.

Además parece que al final de esta semana podremos solucionar el tema de alojamiento y evitar volver a Barcelona con un cocodrilo del Lempa bajo el brazo.

Seguiremos explicando nuestras hazañas de Callejeros Viajeros desde Papiol remoto.

Un abrazo!

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