viernes, 15 de julio de 2011

Octavio "Octavancio" y otros personajes

O nuestro alrededor se ha tranquilizado un poco o es que ya nos hemos acabado adaptando al entorno de forma extraordinaria. No ha habido cocodrilos ni tormentas tropicales en nuestra historia estas últimas horas, cosa que agradecemos.

Nuestros estudios sobre cabras/chivos se han visto ampliados a la discusión de sapo/rana y al sonido de copulación de la iguana. Os mantendremos informados de nuestros descubrimientos propios de estudiantes de ambientales.


Pero que nuestra historia esté evitando que nos coja un ataque al corazón (al ritmo que llevábamos, nos quedaban apenas 48 horas de vida), no significa que no tengamos cosas que contaros. ¡Al contrario! Pues en cuatro días en el Playón hemos tenido el gusto de conocer a grandes personalidades que nos encantaría presentaros. Es importante remarcar que la gente en El Salvador es muy amable, y que siempre están encantados de conocerte con una sonrisa en la cara. Entre todos los personajes que nos hemos cruzado podríamos destacar tres de ellos, cada uno con sus peculiaridades.

Carlos, el gerente del Roble, y a partir de la semana que viene nuestro casero (o eso creo). Es la persona más trabajadora del Salvador entero. Llega a la oficina a las 7h30 y hasta las 18h no sale. Puntual como pocos, se caracteriza por su humor particular. Y es que ya nos ha dejado algunas perlas, que nos tomamos a broma, hasta que serias le preguntamos “¿Pero de verdad?” y recibimos su respuesta “Sí, sí, de verdad”. Encontrar cocodrilos y mapaches en nuestras cabañas o empujar el autobús si se queda atascado en el barro. Pero los dos momentos estrella han tenido a Moti y a los perros como protagonistas. “Me he dado cuenta que no hay perros flacos, aquí”, respuesta de Carlos: “Claro, porque si no se los comen”. “Mi perro es el típico que se queda parado en medio de la carretera”, respuesta de Carlos: “Pues yo lo sacaba de en medio (atropellado)”. Siempre entre risas, ¡pero nuestra cara de “what?” es épica!

Por otro lado tenemos a José, apodado cariñosamente por nosotras como “Pepito Grillo”. Cuando Adriana le preguntó cúal era exactamente su trabajo él muy serio nos contestó: “Abrir y cerrar la puerta de El Roble”. Este hombrecito de 32 años, que admite aparentar 15, es el que supuestamente garantiza la seguridad de la microfinanciera. Cumplidor meticulosos de su trabajo, abre la puerta y saluda a cada individuo que decide cruzar la puerta con una gran sonrisa en la cara. Dos grandes momentos hemos vivido junto a él. Después de comentarnos que se iba a casa con su familia, Clara y Adriana le preguntaron si su familia significaba padres o hijos. Nunca hemos visto a un hombre más orgulloso al contestar: “Con mi mujer y mis hijos, que yo ya tengo familia” (acompañado del signo de victoria en su mano derecha). Pero la cara de susto que le dejamos cuando decidimos ir a la gasolinera a 300 metros de la cooperativa y al decirnos que no podía venir con nosotras porque tenía que quedarse vigilando la puerta nuestra respuesta fue “pues si no volvemos en 3 horas, le dices a Carlos que nos busque un poquito, por si nos han secuestrado” fue digna del APM?



Finalmente nuestra estrella de esta semana: Octavio “Octavancio” conocido en el mundo entero por su teoría de la capitalización. Octavio, el Nuñez del Salvador, complementado con mujer y dos hijos, es el dueño, gerente y chef del Hostal Bajo Lempa. Aunque sea nicaragüense, esto no lo exime de su locura. Conocido por la comunidad por su mala leche, dice ser querido por todos, y es que en el fondo creo que hasta nosotras le hemos cogido cariño.

Empecemos por la denominada “Teoría de la Capitalización”. Dicha teoría sostiene que para garantizar el buen servicio a sus clientes debe cobrar por adelantado dos meses de estancia a precio de oro. Pretendiendo cobrarnos 300$ al mes a cada una, cuando el precio a los cooperantes de Madrid con el mismo régimen era la mitad, Octavio pretendía convencernos de que nuestros platos (idénticos a los demás) costaban el doble. Podemos tener cara de ingenuas, pero tontas aún no somos. Y teniendo en cuenta que una cabaña al otro lado del río costaba 1 dólar al día y que comer en el Playón nos costaba 2$ por persona, con dos meses de estar en el Hostal Lempa Mar (recordemos: cabaña con mosquitera rota, que se moja si llueve, ducha de agua fría y sin cobertura con ninguna compañía), el año que viene Octavio hacía una remodelación que dejaba el hostal como un resort cinco estrellas.

Pero, ¿qué podemos esperar de un hombre que le habla de usted a su perro pero no cura al perro del vecino, o que hace la misma cara de Nuñez del Crakovia cuando le pedimos postres al acabar de cenar?

Peculiaridades de un país que nos sorprende cada día. De una zona a la cual nos vamos adaptando, y que cada día cogemos más cariño. Y es que todas ya hemos cambiado en el Facebook nuestra “current city” como el Playón/Tecoluca, El Salvador.

Ahora vamos hacia San Salvador a pasar el fin de semana. Ondina nos espera para que le contemos todo lo vivido y mimarnos como necesitamos. Nosotras esperamos un fin de semana con Harry Potter, fiesta y playa, ya que si sigue haciendo este buen tiempo será seguro un gran fin de semana.

Un beso desde Papiol remoto, pero hoy soleado!



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